Por fín ha llegado el día, después de 12 largos años de decepciones y desilusiones con la camiseta lusa, Cristiano Ronaldo tiene ante si la última oportunidad de lograr un título con su país, curiosamente el mismo que contra todo pronóstico psrdió frente a la combativa Grecia en la Eurocopa 2004 celebrada en su tierra , Portugal.
Paradójicamente la situación ha dado un giro de 180 grados. Si hace 12 años Portugal se enfrentaba en casa a un rival del que pocos esperaban algo, hoy la selección portuguesa se enfrenta a una imponente Francia que capitaneada por un Griezmann, bendecido por lo dioses del fútbol, llega a la final de su Euro tras haber eliminado a la favorita Alemania o a la sorpresiva Islandia. Hoy los papeles han cambiado si hace poco más de una decada Portugal era la indiscutible favorita, actualmente parece un mero invitado más a la fiesta gala. Sin embargo esta noche Cristiano y sus hombres tratarán de infligir a Francia el mismo castigo que les tocó soportar hace 3 Eurocopas. El fútbol que es tan caprichoso como generoso, hoy les concede tanto a Portugal como a Cristiano Ronaldo la oportunidad de redimirse de aquella fatídica noche lisboeta en la que Charisteas silenció no solo a un equipo o a un estadio, si no a todo un país que ya se echaba a las calles a celebrar su primer gran título.
Es obvio que CR7 no es el mismo chaval que lloraba en el césped del estadio del Benfica al verse derrotado por Grecia. Aquel niño prodigio talentoso y flacucho quedó atrás para dar paso a una musculada máquina de hacer goles que desde 2004 ha labrado a base de trabajo, esfuerzo y mucho talento una de las mayores y más exitosas carreras del panorama futbolístico. Sin embargo su legado no está completo, a los balones de oro, Champions league y demás títulos les falta un gran trofeo con su nación, lo que sería la guinda, la culminación a una carrera imponente, un gran final más que merecido a una Eurocopa en la que como todos los grandes genios acumula tanto luces como sombras. Grandes actuaciones como cuando de un magnífico testarazo mató a los dragones galeses y con ellos los sueños de una nación entera, como actuaciones grises y deprimentes como contra la aburrida selección austriaca partido en el cual solo pudimos ver a nuestro particular Superman cuando falló un penalty decisivo, ya que entonces parecía a ver cambiado sus poderes caracteríticos por el de la invisiblidad.
Esta noche, cuando 80.000 gargantas entonen la marsellesa y el sol se ponga sobre la ciudad de la luz, Cristiano Ronaldo, saltará al césped del Stade de France sabiendo que está frente su última gran noche con su selección y ante su última oportunidad de encontrar la tan ansiada redención que lleva buscando desde aquella fatídica noche de 2004. Esta noche, Cristiano, el Superman portugués,se pondrá la casaca granate el brazalete y la capa de héroe para capitanear no solo a su equipo, si no a toda una nación, en busca de la gloria. Él sabe que no se lo perdonaría nunca si no gana, sabe que todos los ojos están puestos sobre él y sobre todo Superman sabe que este es su momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario