Retrocedamos 5 años en el tiempo para plantarnos en Sudáfrica en junio de 2010.
Por primera vez un mundial de fútbol iba a celebrarse en el continente africano y 6 equipos de este continente (Argelia, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Camerún y los anfitriones Sudáfrica) lucharían por alzarse con la copa del mundo en la gran final de Johanesburgo.
Por primera vez un mundial de fútbol iba a celebrarse en el continente africano y 6 equipos de este continente (Argelia, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Camerún y los anfitriones Sudáfrica) lucharían por alzarse con la copa del mundo en la gran final de Johanesburgo.
De los equipos anteriormente mencionados nos centraremos en el combinado de las "estrellas negras", Ghana.
La selección Ghanesa cayó en un grupo compuesto por la todopoderosa Alemania, Australia y la balcánica Serbia. El bagaje fue bastante pobre una victoria sobre Serbia, una derrota a manos de los teutones ante 80.000 espectadores en el" Soccer city" de johanesburgo y un empate a 1 contra los socceroos, a los cuales igualaba en puntos pero superaba en diferencia de goles.
La selección Ghanesa cayó en un grupo compuesto por la todopoderosa Alemania, Australia y la balcánica Serbia. El bagaje fue bastante pobre una victoria sobre Serbia, una derrota a manos de los teutones ante 80.000 espectadores en el" Soccer city" de johanesburgo y un empate a 1 contra los socceroos, a los cuales igualaba en puntos pero superaba en diferencia de goles.
Con el combinado ghanés ya clasificado para octavos les tocaba enfrentarse a la selección de Estados Unidos, que venía haciendo un buen torneo al clasificarse primero del grupo C por delante de una selección histórica como Inglaterra. A priori los americanos partían como favoritos para alcanzar los cuartos de final pero la estrellas negras dieron la sorpresa ganando por 1-2 con goles de Boateng en el minuto 5 y de Gyan en el 93.
A estas alturas del torneo los ghaneses eran el unico equipo africano que seguía en pie y tendrían que jugarse su paso a las semifinales contra la selección uruguaya liderada por el entonces "Atletico" Diego Forlan. La primera parte fue muy disputada con ocasiones para ambos equipos pero cuando el partido se iba al descanso Sulley Muntari abrió el marcador con un golazo de interior desde larga distancia ante el que Muslera poco pudo hacer.
La segunda parte comenzó con el equipo charrúa buscando la igualada que finalmente logró Diego Forlán en el minuto 55 con un increí
ble lanzamiento de falta desde el pico izquierdo del área, Este resultado sería definitivo y el partido se vió avocado a una prorroga en la que en el último minuto Luis Suarez, entonces jugador del Ajax , sacó a relucir sus dotes como portero y despejó con la mano un remate de cabeza de Dominic Adiyiah que acabó con una pena máxima a favor de Ghana y con el 9 uruguayo expulsado entre lágrimas.
Gyan coloca el esférico en el punto fatídico; ante él Fernando Muslera y la oportunidad de ser el primer equipo africano en entrar en unas semifinales de la copa del mundo. El trencilla hizo sonar su silbato y Gyan ejecuta un lanzamiento que acaba con el balón en el larguero y con la decepción del todo el estadio y el júbilo del antes lloroso Suárez.
Tras la prorroga llegó la tanda de penaltys con goles de Forlán, Victorino y Scotti para Uruguay, habiéndolo fallado Pereira y el conjunto ghanés con dos fallos.
Era el momento del quinto lanzador, el penal definitivo y el encargado sería el "loco" Abreu.
Era el momento del quinto lanzador, el penal definitivo y el encargado sería el "loco" Abreu.
Abreu haciendo honor a su apodo hizo lo que se esperaba de él, una auténtica locura digna de aparecer en los mejores museos de arte. La máxima expresión del famoso penalty tirado por Panenka llegó en Sudáfrica varias décadas depués con un lanzamiento suave a una altura idónea y totalmente centrado que no volvió a tocar el suelo hasta haber acariciado el fondo de las redes.
De este bella como trágica manera Ghana se despidió de Sudáfrica sin haber levantado la copa del mundo pero habiendo conquistado los corazones de todos los aficionados del fútbol. Así entre la mano de Suárez, la magia y la locura de Abreu despertaron a Ghana de lo que se quedó en el sueño de una noche de verano.
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